Un diálogo con Cristina Gosálvez (FAD), por Ivan Olmos
Comunicar para crear comunidad. Diseño que habla en plural
Periodista de formación, Cristina Gosálvez lleva más de dos décadas poniendo palabras y coherencia al Fomento de las Artes y del Diseño, una institución que siente como una extensión natural de su modus operandi: rigurosa, constante y curiosa. Desde el Disseny Hub Barcelona ha sido testigo privilegiado —y a menudo termómetro— de cómo la ciudad ha ido redefiniendo su relación con el diseño, siempre con la mirada puesta en las personas que lo hacen posible. Más allá de articular el relato del FAD, Cristina ha sabido escuchar las muchas voces que lo conforman y tejer con ellas un relato compartido.
En esta conversación hablamos del valor de una institución que crece desde la diversidad, de la comunicación como ágora y de cómo hacer que el diseño hable, literalmente, en plural.
I:
Hace más de veinte años que das voz al FAD desde la comunicación. ¿Cuál ha sido la clave para mantener vivo el interés por una institución con tanta historia y, al mismo tiempo, hacerla evolucionar con el tiempo?
C:
Las instituciones son personas, aún más en el caso de las asociaciones. La evolución viene precisamente de la mano de las personas que forman parte de ellas: de los socios y socias que se incorporan a las juntas directivas, gente joven que aporta ideas y quiere compartir sus inquietudes e intereses con los demás. Todo eso hace que una entidad tan dinámica como el FAD esté en constante cambio de manera natural. Si hay una palabra que nos define, esa es la perseverancia: somos un referente indiscutible en la promoción del diseño, y la constancia de nuestro activismo hace que se nos escuche y se nos respete. Ya existe toda una maquinaria que posibilita proyectos con larguísimas trayectorias, como los Premios FAD, Laus y Delta —con más de sesenta años de historia—, y que siguen siendo los más rigurosos y respetados por los profesionales de los distintos sectores. A la vez, vamos creando proyectos que responden a nuevas necesidades, como el Sustainable Challenge o el Disseny Market.
I:
Has vivido de cerca la evolución del diseño en Barcelona. ¿Qué ha cambiado más: el sector o el modo de comunicarlo?
C:
La forma de comunicar el sector —tanto el nuestro como cualquier otro— ha cambiado radicalmente, como también lo ha hecho el mundo. En cualquier caso, no puedo hablar de profesiones que no son la mía, pero sí puedo decir que, al final, cambian las herramientas, la tecnología y los formatos, pero la esencia de toda profesión sigue siendo la misma.
I:
¿En qué punto dirías que se encuentra hoy la escena del diseño en la ciudad?
C:
I:
El FAD es una entidad que reúne muchas disciplinas creativas bajo un mismo paraguas. ¿Cómo se gestiona la comunicación de una estructura tan poliédrica sin perder coherencia?
C:
“Si no comunicamos, no existimos: no hay público, no se crea comunidad, el mensaje no llega a la sociedad. Evidentemente, antes de comunicar debemos preparar proyectos que respondan a las inquietudes del sector.”
I:
Si la incoherencia implica ser altavoz del talento...
C:
I:
¿Qué te ha enseñado esta diversidad sobre cómo se piensa y se vive el diseño?
C:
I:
¿Qué importancia tiene hoy la comunicación para un organismo que promueve el diseño, el arte y la cultura? ¿Es más una herramienta de difusión o de construcción de comunidad?
C:
I:
En el caso del Disseny Market Barcelona, hay una voluntad clara de abrir el FAD al público general. ¿Qué os interesaba transmitir con esta nueva identidad?
C:
I:
¿Cómo ha sido el proceso de trabajo con Atipus?
C:
I:
Más allá del FAD, ¿qué te inspira personalmente en tu día a día?
C:
Atipus
Comunicamos desde un enfoque estratégico, a través de un diseño conceptual y claro.
Vemos cada proyecto como un desafío y una oportunidad e intentamos dar con la idea y solución visual que mejor lo exprese.
Creemos en el diseño conceptual, simple y creativo.







