Un diálogo con Gemma Casas (TNC), por Ivan Olmos
Gemma Casas ha recorrido los pasillos del Teatre Nacional de Catalunya desde prácticamente sus inicios. Tras un cuarto de siglo de trayectoria vinculada a este templo de las artes escénicas, primero como jefa de prensa y desde hace años como directora de comunicación, ha sido testigo –y también protagonista– de la evolución de una institución que no solo ha escrito la historia de la dramaturgia catalana, sino que también ha redefinido, con el tiempo, la manera de comunicarla y acercarla al espectador.
En esta entrevista, y coincidiendo con la segunda campaña gráfica de Atipus para la temporada 2024-2025, hablamos de los retos de adaptar la comunicación teatral al nuevo paradigma, de la importancia de visibilizar las historias de los márgenes y de cómo el TNC se proyecta hacia el futuro con una mirada contemporánea e inclusiva.
I:
¿Cómo ha cambiado la manera de explicar el teatro al público durante estos 25 años?
C:
Todo cambia de una forma tan impresionante: las personas, la cultura, las instituciones, los profesionales que trabajamos en ellas... También el TNC. Nacimos con la voluntad de ser la institución pública de referencia en el tejido teatral catalán. Había una voluntad de gobierno de fomentar la lengua catalana en las artes escénicas y de recuperar y poner en valor todo el patrimonio dramatúrgico catalán. Seguramente este papel tenía más importancia al principio, pero con el tiempo nos hemos convertido en el teatro de todos. El patrimonio del teatro catalán es fantástico, pero es necesario presentarlo con una visión contemporánea –entendiendo «contemporánea» como «de hoy en día»– para conectar con la sociedad. Así lo resume el lema que cuelga de la fachada del teatro: “El TNC, una puerta al mundo”. Una puerta que, como dice Carme Portaceli [actual directora artística], es «de entrada y de salida».
I:
¿Cómo ha evolucionado la comunicación del teatro?
C:
No sé si lo que te voy a responder es específico del TNC o de todo el sector comunicativo, porque ha cambiado abismalmente. Antes hacías un anuncio de televisión, publicidad en diarios… y poco más. Cuando empecé, justo estábamos trabajando en la página web del teatro. ¡No existían los móviles! Las vías para llegar al público han cambiado totalmente. El público ahora está fragmentado –como todos nosotros. Antes, tocando un par de teclas llegabas al público general. Ahora tenemos que saber quién es cada público y adaptarnos a él.
I:
Los hábitos del público han cambiado radicalmente. ¿Cómo se ha adaptado el TNC?
C:
Hacemos un trabajo muy riguroso de estudio del público. Sabemos quién viene al teatro, cómo son y cómo se comportan: si compra una entrada, si es público fiel, si es nuevo, si ha venido diez veces en los últimos cinco años… A veces impresiona tener esta información, pero como ciudadanos dejamos rastro de todo lo que hacemos en la red. También contamos con datos sociodemográficos. Sabemos que una parte importantísima del público es del barrio del Fort Pienc y que entre un 60 y un 65% de las compras de entradas las realizan mujeres. La edad media antes era de 60 años, ahora es de 45-49. Esta información es clave para la comunicación del teatro. Hoy en día, para llegar al público, es necesario tocar mil teclas y personalizar la comunicación de cada espectáculo. La publicidad programática y las herramientas digitales nos permiten hacerlo.
I:
¿Qué papel tiene el espectador en la misión del TNC y por qué es clave situarlo en el centro?
C:
Nuestra singularidad es esta: somos el teatro público de referencia en Cataluña. Existe un documento, que a pesar de ser técnico tiene mucho espíritu, que dice literalmente: «El TNC es una institución cultural creada para contribuir al crecimiento cultural del país a través de las artes escénicas». ¿Por qué hacemos las cosas? Para llegar a las personas. Con toda la humildad del mundo. Por supuesto que debemos tener a las personas como eje de todo. A todas las personas.
“El TNC es una institución cultural creada para contribuir al crecimiento cultural del país a través de las artes escénicas”
I:
La temporada 2024-2025 refleja el compromiso del teatro con las historias que suceden en los márgenes. ¿De dónde nace esta voluntad de visibilizar esas realidades?
C:
De esta voluntad de contemporaneidad, de estar atentos a lo que nos rodea. Según cómo, puede parecer una contradicción, porque como institución cultural pública no estamos en los márgenes. El hilo conductor de la nueva temporada surge de la dirección artística de Carme Portaceli, quien quiso abordarlo porque, como dice ella, “solo desde los márgenes podemos transformar y avanzar”. De ahí que se haya hecho una selección de espectáculos que, de manera más directa o tangencial, hablen de otras formas de ver y entender el mundo. No se trata tanto del elemento marginal como de formas de hacer cultura que aporten diversidad y aborden el debate actual.
I:
Hablemos de la nueva campaña de Atipus. ¿Cómo se ha traducido gráficamente el espíritu de llevar los márgenes al escenario?
C:
Es un concepto muy abstracto de comunicar, especialmente en el diseño. Hay un elemento de continuidad en la comunicación del TNC: siempre aparecen personas, sean o no rostros conocidos. Los márgenes los vinculamos en un vídeo con un amanecer, que simboliza los nuevos comienzos. Pero más allá de eso, velamos por hacer marca TNC: no somos un teatro que hace espectáculos, somos la institución pública catalana dedicada al teatro. De ahí la continuidad y coherencia gráfica, y también en el relato. Procuramos no ser demasiado evidentes; hay que confiar mucho en el producto, que es una creación cultural. La tarea del equipo de comunicación es acompañar de forma respetuosa, sin ser demasiado directos ni discursivos, porque eso no tendría credibilidad.
I:
¿Qué caminos dibuja el futuro del TNC? ¿Y cómo fortalecer la conexión con el público?
C:
Es una gran pregunta y no tengo la respuesta definitiva. Veo muy acertada la integración de mundos diversos y de los márgenes. Solo desde la escucha activa se puede hacer teatro y cultura y contribuir así de alguna manera. Tendremos que seguir siendo tremendamente receptivos, abiertos y atentos a la diversidad, a los cambios de la sociedad y a los temas que nos preocupan a todos. Esto solo se puede hacer haciendo teatro, por supuesto, pero también acompañando al público para que lo disfruten y redondeando ese hecho teatral: que te abra algo por dentro, una nueva conexión, que te lleve a otro teatro o a descubrir a un actor que te encanta... Creo que el debate entre alta y baja cultura ya está superado. Entre todos, podemos construir un mundo mejor, escuchándonos unos a otros. Y el teatro es uno de los mejores lugares para hacerlo.
Atipus
Comunicamos desde un enfoque estratégico, a través de un diseño conceptual y claro.
Vemos cada proyecto como un desafío y una oportunidad e intentamos dar con la idea y solución visual que mejor lo exprese.
Creemos en el diseño conceptual, simple y creativo.